La primera leche materna
Cuando un bebé acaba de nacer y por increíble que parezca, lo normal es que busque el pecho de la madre durante su primera hora en el mundo. Y aunque muchas madres lo confunden con que el niño ya tiene hambre, no se trata más que de un reflejo, porque lo cierto es que un bebé que haya nacido perfectamente no necesita leche materna durante sus primeros días de vida.
Lo importante es observarlo y, cuando se perciba un interés real del niño, la madre debe ofrecerle el pecho. Además, conviene saber que la succión del bebé es la que provoca la producción de leche materna, por lo cual todo el proceso se inicia por sí solo. A pesar tener ésto en cuenta, hay que saber que la lactancia materna debe iniciarse con el contacto de la piel de la madre y la del bebé de forma inmediata. Este contacto es un momento inolvidable y debe buscarlo el bebé.
Al principio, durante las primeras 24 horas más o menos, sólo se transfiere al bebé un pequeño volumen de leche materna. En concreto esta leche se llama ‘calostro‘ y es muy importante porque con ella, el sistema digestivo del bebé se adapta gradualmente al nuevo proceso de alimentación.
El calostro es el mejor alimento para el bebé recién nacido. Éste comienza a crearse en las últimas semanas de embarazo, y será el primer alimento que tome el bebé durante sus dos a cinco primeros días de vida. A partir de entonces, la madre ya comienza a producir lo que llamamos “leche madura”.
Su aspecto es el de un fluido de color amarillento, un tanto más denso que la leche materna. Es el alimento perfecto para el niño en sus primeros días gracias a una serie de razones:
- Es rico en anticuerpos y ayuda a los bebés recién nacidos a regular su sistema inmunológico protegiéndoles contra posibles infecciones.
- Ayuda a madurar el intestino de los bebés, haciendo que funcione de forma más eficaz. Gracias a ésto, es más complicado que sustancias alérgicas o microorganismos se instalen en el cuerpo de los pequeños.
- Estimula el movimiento intestinal del bebé para que el meconio sea eliminado antes.
- Favorece unos mejores niveles de glucemia en los primeros días de vida gracias a las hormonas que contiene
- Su cantidad es reducida, siendo lo que necesita el bebé nada más nacer.
- Es rico en vitamina A, protegiendo de esta forma la visión y los ojos.
Aunque nos parezca que es poca cantidad la que producimos de calostro, no debemos olvidar que la capacidad del estómago del recién nacido es muy reducida, y por ello que demandará alimento muy a menudo. El calostro, además, es de muy fácil digestión.
No se debe suplementar al bebé con fórmulas o con agua, ni siquiera en los meses más cálidos, basta con ofrecer más a menudo el pecho al bebé para tener todas sus necesidades cubiertas con la leche materna.
Por útimo, comentar que durante esa etapa es cuando, al estar tumbado sobre el pecho de la madre, el bebé podrá oír los latidos de su corazón tal y como él los ha estado escuchando mientras se estaba gestando dentro del útero. Se sentirá en casa, y buscará el pecho de forma natural. Además, es importante que el bebé esté tapado y con temperatura cálida, aunque desnudo para que pueda tocar, mamar y sentir a su madre.