Extracción y almacenamiento de la leche materna
Son varios los motivos que llevan a las madres a usar los sacaleches. Uno de ellos es la incorporación al trabajo, y este hecho supone que la madre puede no estar presente en el momento justo en el que el niño necesita tomar su alimento. Sin embargo, esta incorporación al mundo laboral no tiene por qué implicar el fin de la lactancia materna. De hecho, son precisamente los sacaleches los que ayudan a prolongarla gracias a la posibilidad que ofrecen de extraer y almacenar la leche materna para que el bebé pueda tomarla aunque la madre no esté con él. De esta forma, podemos afirmar que es vital controlar el proceso de almacenamiento y refrigeración, así como la descongelación de la leche.
El principal objetivo de los sacaleches es, por tanto, disponer de alimento de reserva en cualquier momento, a pesar de circunstancias como el trabajo y otros motivos por los cuales la madre tiene que estar ausente.
En un principio, todo este proceso puede resultar un poco incómodo, pero la gran mayoría de las madres afirman, tras un periodo de uso, que esta práctica se convierte en una rutina agradable, ya que pueden extraer la leche materna y guardarla fácilmente para que el pequeño de la casa continúe recibiendo el mejor alimento que puedes darle.
A continuación detallamos las distintas fases acerca de las cuales debes conocer los detalles más importantes para las madres que son o van a ser usuarias de los sacaleches:
1) Fase extracción
Antes que nada, queríamos comentaros que, aunque en un principio nos encontramos con madres que son reacias al uso de estos dispositivos, cada vez están más extendidos y muchas de ellas consideran la extracción de la leche materna de modo manual o automático, un proceso mucho más cómodo que además cuenta con beneficios como la reducción de riesgo de bacterias.
Aquellas que han introducido el sacaleches como elemento indispensable para alimentar a sus bebés en su ausencia, deben saber que es fundamental higienizar bien los utensilios que se utilizarán, así como lavarse bien las manos. Y para las usuarias actuales, ya conoceréis de primera mano que podemos encontrarnos con dos tipos de sacaleches: manuales y automáticos, de los cuales encontrarás gran cantidad de información en nuestra web.
2) Almacenamiento de la leche materna
Uno de los aspectos fundamentales es el almacenamiento correcto de la leche materna. Para ello, es necesario usar envases aptos para uso alimentario, de vidrio o plástico duro, que dispongan de tapa, y que están libres de cualquier componente como el BPA, que puede resultar perjudicial para el bebé por su composición química.
En cuanto a la cantidad, comentar que no se recomienda guardar una gran cantidad de leche, sino alrededor de 100 ml en cada envase, anotando siempre la fecha en la que ha sido extraída y almacenada para tener un buen control del estado que pueda tener.
3) Refrigeración de la leche materna
La leche materna podrá conservarse durante más o menos tiempo, dependiendo sobretodo de la temperatura de nuestro frigorífico. De esta forma, podemos hablar de conservación durante varios días en la nevera, pudiendo llegar a hablar de meses si la metemos en el congelador.
A continuación os dejamos con datos más específicos en cuanto a la refrigeración de la leche materna en la nevera:
- Conservación durante 24 horas a 15ºC
- Conservación durante 19 horas entre 19º-22ºC
- Conservación de 4 a 8 horas a 25ºC
- Conservación de 5 a 8 días entre 0º y 4ºC
Por otra parte, si hablamos de congelación, podemos dar las siguientes cifras:
- Si el congelador está dentro de la nevera, podremos hablar de 2 semanas de conservación
- Si el congelador está separado de la nevera (tipo combi), hablaremos de 3 a 4 meses de conservación
- Si el congelador está separado (tipo arcón comercial), podremos conservar la leche durante 6 meses o más, manteniendo temperatura constante de -19ºC.
4) Descongelación de la leche materna
Una vez pasado el tiempo de conservación, cuando las madres se disponen a descongelar la leche materna, el mejor método para hacerlo es colocar el recipiente que la contiene bajo el grifo, e ir pasando poco a poco a una temperatura del agua mayor hasta conseguir que la leche se descongele y quede a temperatura ambiente.
Se desaconseja siempre descongelar la leche materna en el microondas, o hervirla en un recipiente. Lo importante es conseguir que alcance la temperatura ambiente o aquella con la que sale del cuerpo de la madre en el momento de la extracción.
Respecto a la cantidad que toma el bebé, es impredecible conocerla exactamente. Por ello, es conveniente descongelar la leche materna en un recipiente mayor, y poder dar varias tomas al bebé en pequeñas cantidades, rellenando otros envases más reducidos como vasos, biberones, etc. Posteriormente, podemos hablar de refrigeración de esa leche materna descongelada, siempre que no supere las 24 horas siguientes, con la condición de que nunca vuelva a congelarse.